martes, mayo 31, 2005

La comunicación de hoy

(de los alumnos del Taller de Redacción Periodística)

En la actualidad, para el ser humano, la comunicación es la base de la convivencia entre ellos, por tanto posee una vital importancia para el desarrollo de las relaciones interpersonales que existen.

Los medios de comunicación por tanto tienen una de las tareas más importantes en la sociedad, la de informar.

No obstante la forma en que los encargados de los medios de comunicación, preferentemente los periodistas, se expresan no es la correcta , pues utilizan diversas palabras o expresiones que disfrazan o restan importancia al suceso del que se informa, es decir "Eufemismos"; sin embargo es de reconocer estas palabras no son conocidas por la mayoría de ellos, aún así los utilizan sin percatarse de ellos.

La importacia radica en el hecho de comunicar objetivamente y con la veracidad que amerita un caso, representa la confiabilidad que se le puede tener a un medio de comunicación por tanto al hacer uso de los eufemismos, se pierde la esencia d elo que se trata de comunicar y con ello pierde sentido la noticia.

Cada una de las palabras existentes denota algo en particula y al ser éstas variadas, con significados diversos y usos diferentes provoca en el emisor confusión y desconcierto al no saber lo que en realidad se desea comunicar.

La labor que tenemos como futuros comunicadores es, comunicar clara y objetivamente lo que acontece en la sociedad, en la cual nos desenvolvemos como seres humanos capaces de socializar.

Por: Mildser Alina Reyna

Pautas para la noticia

(De los alumnos del taller de Redacción Periodística)

Dentro de una buena noticia existen varias coasa que pueden llamar la atención, pero una de las más importantes es la entradilla, ya que gracias a ella podemos darnos cuenta de que trata el hecho o suceso a redactar.

Para captar la atención del lector des de un principio, es necesario poner los hechos más importantes al inicio, ya que con ello la lectura será de mejor comprensión y más amena para nuestros lectores.

Hablando de las cosas recomendables dentro de la noticia, es necesario hacer párrafos cortos, con frases cortas, puntos y seguidos y demás signos de puntuación, todo ello par ahacer una lectura calmada y entendible y que se adecue al lenguaje de cada uno de nuestros lectores.

Se debe considerar al público hacia el que se dirige la noticia, ya que con ello se adecuará también la jerga (tipo de lenguaje que vamos a utilizar) a usar en nuestra nota, para una mejor compresión.

Pero al igual que se recomiendan cosas también se pueden omitir parte de ellas, como por ejemplo no es adecuado hacer cronologías detalladas ni en diferentes párrafos, ya que con ellos se caería en la crónica y se perdería la atención del lector.



Por: Aidé Benítez

lunes, mayo 30, 2005

Retos y desafíos de las universidades en el contexto social actual. Parte 3.


De acuerdo a estas ideas, las universidades deberán primero transformarse a sí mismas para poder estar en sintonía con tales objetivos, concibiendo de un modo distinto para ello, algunos de sus elementos constitutivos.

Uno de los elementos que amerita, al parecer de manera imprescindible, de una reconceptualización semejante es el conocimiento, y más específicamente, el proceso que da cabida a su generación y a sus implicaciones personales y sociales. Actualmente, y principalmente en los países desarrollados, éste empieza a ser visto como una marca de calidad universitaria en tanto pueda caracterizarse por su pertinencia social, es decir, como consecuencia de una actividad científica estrechamente vinculada con los problemas de la sociedad a la que sirve, en cuyo sentido, podría denominársele como un conocimiento socialmente robusto, o parafraseando a Schmelkes: “no es cuánto sé sino la pertinencia social de lo que sé” (2003); sin embargo, para generar esta clase de conocimiento es imprescindible que las universidades promuevan la participación de sus alumnos en el desarrollo de tareas auténticas, cuyos propósitos sean solucionar ciertos problemas de la sociedad e impulsar, de manera sensata, procesos de desarrollo que puedan considerarse como necesarios o deseables.

La sociedad, por su parte, requiere cada vez más de ciertos aspectos particulares de esta clase de conocimiento en quienes egresan de las universidades: en primer lugar, de una capacidad estratégica que les permita ubicar su pensamiento ahí donde se le necesita para brindar soluciones, visualizando al mismo tiempo contingencias a mediano y largo plazo, con el propósito de estar preparados a cualquier posible cambio; y en segundo lugar, de un sentido común que les aporte la disposición de aceptar, continuamente, rupturas epistemológicas, y que por lo mismo, promueva en ellos la convicción acerca de la existencia efímera de cualquier certeza, lo cual, resulta imprescindible para contar con una actitud positiva hacia el cambio constante y a vivir conceptos nuevos.

Definitivamente, una enseñanza que fomente en los alumnos universitarios pensar creativamente, a comprender los hechos, y a juzgar también, que toda hipótesis que se use para alcanzar esa comprensión factual puede cambiar en cualquier momento, demanda a su vez una reconceptualización acerca de lo que el docente hace: en primer lugar, ya no puede seguir considerándosele como el único que puede hacer algo en el salón de clases para generar el aprendizaje de sus estudiantes, y esto más que una consideración se trata de la constatación de una realidad muy frecuente en nuestros días, en la que resulta prioritario que cada quien se haga responsable de los conocimientos, habilidades y valores que incorporará como estudiante en la universidad, y que pondrá en juego más tarde, para encontrar un espacio de trabajo cuando justamente no hay muchas oportunidades de ser empleado por alguien más; en segundo lugar, vinculado estrechamente con lo anterior, la motivación para que los estudiantes sigan aprendiendo después de graduarse de la universidad resulta uno de los aprendizajes más importantes que el docente puede promover como parte de su formación, para lo cual, deberá aportarles herramientas para autoestudiar, investigar por iniciativa propia y autorregularse, con la finalidad de que sean ellos quienes puedan acceder a la información y al conocimiento que necesitan cuando así lo requieran; y en tercer lugar, en contraposición con la visión tradicionalista del trabajo en solitario que el docente se ve precisado a realizar para planificar sus prácticas en el aula escolar, cada vez se hace más evidente la necesidad de vincular la producción y la reproducción del conocimiento en las universidades a través del trabajo en equipo entre quienes, dedicándose a la docencia pero también a la investigación, consideren imprescindible participar en trabajos interdisciplinarios, que por ejemplo den cabida al diseño de las tareas auténticas, con las que se pretende que los alumnos alcancen ese conocimiento, caracterizado por Schmelkes, como socialmente robusto.

viernes, mayo 06, 2005

Retos y desafíos de las universidades en el contexto social actual. Parte 2.

Entre tales tendencias podemos mencionar: la masificación de la educación superior, que se justifica por los efectos, principalmente de carácter social, que ésta puede implicar para quienes adoptan esta vía para su desarrollo; la necesidad cada vez más apremiante de estarse educando permanentemente para adaptarse continuamente a los cambios vertiginosos que se presentan en el mercado de trabajo; la importancia de vincular más estrechamente el desarrollo técnico con el desarrollo humano, concibiéndose a este último componente como imprescindible para cualquier proceso de desarrollo; lo imprescindible del trabajo interdisciplinario, que demanda aprender a trabajar en equipo para resolver problemas sociales entre quienes presentan diferentes conocimientos y habilidades; una concepción diferente acerca de cómo se genera el conocimiento, que admite que éste ya no es privativo de las universidades porque su formación puede originarse en otros sectores, tales como el industrial y el gubernamental; la búsqueda incesante para encontrar una respuesta a la incógnita de cómo evaluar aprendizajes más profundos, que por su naturaleza, trascienden lo meramente memorístico; y finalmente, el esfuerzo continuo de las universidades por ubicarse en un punto de equilibrio entre su necesaria autonomía para ocuparse de su propia política y las cuentas que tienen que rendir ante la sociedad acerca de su contribución a la solución de sus problemas (Schmelkes, 2003).

Las tendencias que se mencionaron en el párrafo precedente, demandan para las universidades del siglo XXI, esfuerzos y logros particulares. Términos como “calidad de vida integral” y “capital social” se erigen como consecuencias deseables para la intervención que las Instituciones de Educación Superior (IES) procuran ahora, debido al estrecho vínculo que se vislumbra entre la escolaridad de los individuos y su participación cívica en la sociedad, ya que tal relación le aporta a ésta, la configuración de estados verdaderamente democráticos y la gobernabilidad, que implica entre otras cosas, una mayor confianza en las instituciones y en la ciudadanía.

Para lograr estar a la altura de semejantes aspiraciones, las propuestas que las universidades actuales manifiesten deben ser, en definitiva, diferentes a lo que las ínsulas aisladas del siglo XVII presentaban como su labor más loable; en otras palabras, sus objetivos deben vislumbrar un trabajo distinto para con la formación de los futuros profesionistas por cuanto pueda vincularlos cada vez más con la realidad de su tiempo y de su sociedad. Según las ideas expuestas por Sylvia Schmelkes, las universidades deben diversificar sus objetivos de modo tal que, preparar personas capaces de tener una calidad de vida integral sea una prioridad, como también que estas sean capaces de participar ciudadana y políticamente por quienes han sido menos favorecidos en el desarrollo, y que por lo mismo, estén preparados para convivir armoniosamente con quienes sean diferentes a ellos mismos.